Esta casa de veraneo se levanta en Stavanger, Noruega. Wilhelmsen la proyectó con bajo presupuesto y para uso ocasional. A pesar del diseño elemental y abstracto logra espacios cálidos y acogedores.

Arquitectura de células: prismas acoplados a distintas alturas aprovechan el desnivel del terreno natural.

Los prismas declaran la distribución funcional de los espacios interiores. El interior se lee desde el exterior.

Techo, paredes y suelo avanzan sobre el plano de las aberturas, permitiendo una lectura rápida de su perímetro exterior.

Respetuosa de la orientación y el soleamiento, optimiza los frentes que el terreno dispone con grandes ventanales sin particiones.

Puertas adentro la vivienda está dominada por un minimalismo conceptual. Sus espacios interiores son proporcionados y regulares.

La obra de líneas rectas y puras se destaca del entorno natural como si fuera un objeto colocado sobre el lote.

Distintas texturas componen la fachada: madera lisa y entablonada en contraste con un basamento de rugosa piedra al natural.



Austeridad, libertad y sencillez parecen definirla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario